SONETO AL VAGABUNYO
De piedras vas tejiendo tu pañuelo,
cuando el frío no pregunta ya por ti,
los suspiros, las miradas, los consuelos,
para otros, tu mirada es baladí.
Si mantas no calientan, ni sombreros,
si las vidas no se acuerdan de vivir,
si las trencas solo abrigan embusteros,
cuéntame qué diferencia es de morir.
Y en el banco esta tu casa, tu salón;
tus cartones desollados, tu colchón;
y mi bolsa del mercado, tu edredón.
Y en tu casa está mi pena y tu dolor:
quienes miran para el lado, como yo,
ignorando sin apenas corazón.
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