scribo estas palabras para recordar y homenajear a uno de los grandes, a uno de los nuestros. Un compañero y amigo. Un clásico. El amigo que llego a tener la chulería de que le llamaran con nombre de siglas sin que nadie supiera de donde venían. El que cuando llegaba se hacía notar, sonando alto y claro su himno por bandera: “pi,pi,pi-pi,pi-pipipi”, jodiendo clases, conferencias, reuniones y simposiums. SMS, esto va por ti. Quienes sean de la época chavodelochera, con bocadillo de Nocilla en mano, recordarán como era eso de escribirse por mensajes SMS. Por un lado, el SMS era pasión, era comunicar lo importante, era ilusión, era el mensaje en una botella en digital… Y cuando estaba todo bien, cuando éramos tan felices, hace unos 5 años, nacen los dispositivos de vicio de mensajería instantánea, de chat infinito. Unos descarados ladrones de tiempo, hermanos mestizos de la ineficiencia por definición. Y los pulgares ya se empiezan a resentir. Y ahora me pregunto yo: ¿Dó...